Es el temblor ocasionado por el miedo a perderte, son los sueños que inconscientes no me dejan dormir, el silbido que se pierde entre la neblina, los pájaros sobre el camino. La incoherencia de lo que digo, con la trascendencia de tus actos. La mirada perdida, el silencio inocente.
El vendaje sobre los ojos, el porro con filtro, la agonía de no tenerte.
Mis manos no coordinan porque son mis labios los que hacen intentos desesperados de complacerte; de escupir palabras irrelevantes, de contar verdades que a la mitad se quiebran.
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