primerodenoviembre

No se trata de los colores del arco iris, ni del ritmo agitado de la vida,
o de las diferencias enfocadas con lentes desenfocados.

No se trata del amor como sustantivo ni como verbo,
ni de gritar a la mitad de la calle y en medio de la noche,
ni de las lagrimas consumidas o consumadas en un parque, en la cama o justo al lado de la luna.

No se trata de los mecanismos lógicos o del lenguaje y sus signos,
ni de la escasez de imaginación, o de los versos escritos en prosa.

No se trata de la distancia, ni de las cartas y las fotos,
ni de las subidas, ni de las bajadas.

No se trata de la atracción más allá de la gravedad o de la presión y la intriga,
ni de los escapes que jamás son fáciles como parecen.

No se trata de dar la espalda y seguir caminando con la cabeza en alto,
ni de los besos más dulces y las caricias más suaves.

No se trata de los pixeles o de los vicios o de las manos o del tiempo,
ni de los minutos, ni de los daños. Ni de las cosas invisibles. 

No se trata de nada,
ni siquiera de nosotras.