Tres amantes del placer y un corazón roto

Entonces cada pensamiento que hacia pocos días se hacia complice de mis labios pasó a considerarlos cleptómanos sin remedio, pues solo merece ser dicho aquello con sentido, y nada lo tiene.

El reloj se detiene, las estrellas se descuelgan, y los astros

no giran,

no giran,

no GIRAN.

*

Ya no quiero que giren conmigo.

Nunca he sido de decisiones fuertes, siempre he sido de promesas falsas y de mentiras camufladas entre sonrisas y regalos inexistentes. Entre cajas de colores, olores y sabores sublimes, dentaduras perfectas y corazones explotados.

*

Esa perra cobarde que yace sin alma detrás de una piel sensible y un corazón vulnerable como sus labios al roce ajeno, muere hoy, para ser algo mejor.

Ya fue suficiente.