Después de luchar por encontrar la forma de sentir emociones extremas, la lucha me encontró a mi, y el miedo ya no me dejaba sentir emoción.
Increíble la forma en que en un segundo la vida se te escapa a través de una herida, de una cortada limpia con un cuchillo en el pecho. Increíble la forma en que sin más, recuerdo tres segundos de su rostro desvanecerse en miedo; todos sus músculos contraídos en un mismo sentir, sin pensar.
Increíble el tiempo que se escapa, los labios que pierden el color y la humedad natural. Las ganas de caer convertidas en el miedo a la caída. La maldad encarnada, guerreros de fe con ojos de aguila.
Cuerpos sin alma y nosotros, heroes sin gloria.
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