Me desacomodo por dentro. Daría cualquier cosa por las lágrimas de antes, los gritos desesperados y la vida que solía tener.
Ya no pienso en exceso, ni lloro con ganas.
Ya no tengo motivos para desesperarme, para aruñarme el cuerpo, para escribir y perderme entre las letras. Me falta impulso, detalles, sueños, llamadas, puteadas, ecos y besos. Lunas, risas, nervios. Caos. Masmelos, cigarros y lluvia. Regalos en mi portería, flores después de las peleas. Extraño las montañas rusas. Los mensajes, las llamadas a toda hora. Extraño los dibujos, y que me hablen de mis cejas, de mis piernas, del color de mi pelo. Extraño los cambios de tono, su voz, sus manos y todo lo que no le pertenecía. Extraño tener a alguien que me escriba, y extraño a Camila y odio a Marcela por reemplazarla. Odio no poder hacerlo. Odio no tener un extra.
No quiero acostumbrarme a la monotonía, a las sonrisas, ni a la perfección.
Odio confundirme.
Luces y sombras de un pasado eterno que se repetirán eternamente en mi memoria.
No quiero nuevas formas de amar- me equivoqué.
2 buscandome:
Me encanta esta frase: "Ya no pienso en exceso, ni lloro con ganas", a pesar de que esas cosas ya no son como antes aun están presentes.
Un abrazo, lunática.
Compañera, usted lo sabe. Mario B. se lo dijo.
http://www.youtube.com/watch?v=H5LtKwOD8GU
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