No quiero la nada, porque eres mi todo

Anoche cuando colgamos me quedé pensando en todas las cosas que quiero, en lo que de lejos te susurro al oído y todos los sueños que tengo amarrados colgando de tu cuerpo. Los mismos que espero poder armar de a poquito, como cuando se juntan las piezas de un rompe-cabezas y se fusionan con calma pero encajando de manera perfecta. Está claro que si pienso dos veces seguidas son tantas las cosas que no quiero, que me entra el miedo por la planta de los pies, me tritura los calcáneos y los cuboides, e indiferente atraviesa mi femur y me deja inmóvil, frígida sin saber como continuar.

Es que no quiero sonreír si no es para ti, no quiero caminar si no siento tu mano entrelazada a la mía, no quiero soñar si no duermes conmigo. No quiero perderme si no vas a encontrarme, no quiero darle la espalda al tiempo si no vas a llegar de repente a cubrirme con tu pecho y a susurrarme al oído.

No quiero más días si en las noches no me acompaña tu aliento, ni quiero tener el cabello más hermoso si no vas a peinarme cada mañana. No quiero silencios, pues mis gemidos se van a ahogar sin tu cuerpo.

No quiero sol, ni luna ni estrellas si no voy a ver el cielo a través de tus ojos. No quiero cantar si no vas a escucharme, ni quiero pisar las lineas... porque contigo quiero perderme en ellas; CONTIGO.