Bueno... algo salió mal

y creo saber por qué.

A veces el amor, la traición, la pasión y la venganza.. van de la mano como pruebas clave de que la vida nunca nos da lo que esperamos, de que las sensaciones juegan con nosotros, de que nuestros sentidos nos engañan, de que somos débiles... y humanos. Que al final lo dejamos todo de lado para sonreír unas cuantas horas, llorar unos minutos y arrepentirnos el resto de nuestras vidas.

No necesito escases de agua ni deforestación excesiva para darme cuenta de lo que ha pasado. No hay necesidad de que se desplome babilonia a mis pies, ni de que Ramsés se levante de su tumba. No debo sobrepescar en el lago para entender; pues ahora, todo se sobreentiende.

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De la prisa solo queda el cansancio, y entre mas lento parpadeabas, mas rápido me perdía en tus ojos y en tus mentiras, blancas como la luna. Así, mas frio sentía en las noches cuando el tiempo se congelaba entre un paladar cálido con sabor a mujer y una cintura halógena a sus movimientos respectivos.

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Si te parece que no valió el sufrimiento que nos provocamos, ni las subidas celestiales, ni las bajadas arrasadoras; entonces, no estuviste de mi mano. Porque cada segundo a tu lado, fue un siglo de sangre y cielo, de puertas abiertas a secretos ocultos, de entrega sin compromisos, de venenos sin cura.

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¿Que pasó entonces con los riesgos que estábamos tan dispuestas a correr, con las noches en las que nuestro pecho apuntaba hacia el cielo mientras desgastábamos saliva, con la amistad que estaba por encima de los lunáticos invisibles, de las alergias corporales y del tan jodido amor que terminó por arrasarnos?.

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Creo que preferí decir vale y ver como te alejabas.

Dar vuelta a mi cuerpo inerte para que no te doliera más, para que tus lágrimas en los días que vendrían no se deslizaran por mi rostro, para que tus uñas no se quebraran por mi. Preferí evitar como siempre... y así no ser la que no supo decir las palabras adecuadas para aliviar tus heridas, ni la que fue insuficiente.. o la que no dio mas. Porque si dí, pero no te quisiste dar cuenta... y la verdad es que no pienso decir cada cosa; no valdría la pena.

El bastión de sueños se desintegró una vez más... ahora, solo quiero un descanso.

Descanso a las promesas rotas de un año que no me supo a

n u e v e , que no me supo a ti.

Me prometí que el gas carbónico no carcomería mis entrañas, que los retos no me iban a quedar grandes, que me iba a pasar al mundo por el culo y que los imanes no me iban a atraer; pues no soy de hierro. Prometí que barrer y trapear no lo haría al mismo tiempo, pues cada cosa necesita una higiene particular, una pulcritud clara y concisa. Me prometí hacer ofertas únicas entre promesas silenciosas.. para aprender la esencia de amar a tu lado, pero las promesas se quebraron como el corazón.