Mientras dormía acarició mi alma, y sus versos repartidos se fueron con el ultimo suspiro de la noche, cuando exhalé la vida. La que se me quedó al otro lado de la linea esperando dibujar el boceto de un amanecer purpúreo. Esperando retratar un amor inolvidable.
Increíble; dijo una vez, cuando creyó interesarse por cosas absurdas.
Increíble; digo yo ahora.
Increíble su olor, el brillo de sus pestañas y su sonrisa o el marco que esta tiene en mi cabeza.
Increíble el latido austero que le da tiempo al corazón para no explotar de inmediato.
Increíble ella y sus mil pequeñeces, la delicadeza de sus detalles; sus sombras, sus vicios, y el tiempo plasmado en manos que al desear hierven con frenesí.
Increíble ella, sí, y la forma en que suele incorporarse después de un beso.
Es inevitable cerrar los ojos e imaginar los colores de su mirada suspendida, querer soñar a su lado. Es inexplicable la forma en la que de repente logró conquistar mis ojos y asociarse discretamente con mi corazón, que al parecer, ahora sabe lo que hace. No sé como hizo para retratarse en mis recuerdos y posarse sobre mis pensamientos inalterables, para ser cada uno de mis susurros y navegar en todos mis sueños.
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Aquí estoy yo;
Sentada en medio de la noche celando a la luna que llora en silencio.
1 buscandome:
Uf, me quedé sin respiración leyéndote sin parar, qué letras, qué ternura, qué maravilla...
Increíble, sí, es la palabra.
:)
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