Una vez leí:
"El amor es como Don Quijote, si se vuelve cuerdo; muere"
Por eso mismo de forma insolente y bastante atrevida afirmo que no hemos muerto. Acá, en la nariz del mundo se respira la locura.
A veces, me gustaría devolver el tiempo y reconstruir las sonrisas dulces y la inocencia que alguna vez nos caracterizó. Me gustaría volver a hallarme envuelta en respeto y cariño por encima de todo. Sentir que confías.
Pero es eso mismo... no quiero vivir atada a un recuerdo, porque recordar no es vivir; es morir, es dormir. No quiero una realidad idealizada, ni vivir en la utopía que alguna vez creamos, al menos no sola. Ambos sabemos que todo ha cambiado, y que yo aún no me resigno... aún no lo acepto, lo sé.
Ahora cada vez que me apoyo en el papel para escribir-te se me secan los pensamientos y no surge más que un doloroso te quiero en medio de lágrimas y espinas.
Por que desde no-hace-mucho; amarte duele.
-flashback- El retorno mudo de lo que degradó el tiempo.
Por momentos, -cortos pero significativos- me gustaría aplicar un poco de olvido sobre lo que fuimos. Por momentos me gustaría olvidarnos.
Olvidar cada 10 de octubre y esos días que nos envolvían entre nubes invidentes; olvidar cada helado de mora y cada batido de yoguen. El viernes y el domingo de tantas semanas, así como los pantalones desteñidos, las gorras, los taches y los toques.
Olvidar el cine, los peluches y las chocolatinas de cien, los choco ramos de quinientos y los cinco-mil besos dados.
Me gustaría olvidar el sabor del arroz de tu abuelita y el catorce-avo piso, el ascensor, la buseta del colegio y el turco en que por primera vez... nos conocimos.
Así podría olvidar el brassiere morado, el hilo negro o la ropa interior roja que tanto te gusta. Olvidar el tercer piso, la finca... y tus manos tentando las mías.
Olvidar las camisetas blancas, los aretes negros, las perforaciones y los tatuajes. Las llamadas a toda hora; y las que duraban toda la noche. Olvidar los abrazos de 10 minutos, los gritos en la calle y las lágrimas incontenibles.
Tus labios, mi nariz, tus orejas... tu cuerpo, mi cuerpo.
Por momentos me gustaría olvidarnos y olvidar todo aquello que alguna vez nos perteneció. Llorar hasta que mis ojos se evaporen y la sangre se congele. Todo aquello que alguna vez nos perteneció, comienza a apagarse con un silencio roto, y con un hijueputazo al aire.
Nos hemos perdido en un mundo real, sin los masmelos, sin los ferreros, sin la matachita que estaba en medio de la camisa rosada, sin mi pelo claro, sin tu pelo oscuro.
Dejamos muchas cosas atras.
Y aun así no nos dejamos de lado, no te das cuenta?
Estamos el uno en el mundo del otro; en el de nosotros DOS y si hay algo que tengo claro es que no quiero olvidarte y que por mas que quisiera... no podría, y sabes? también te pertenezco.
Te pertenece cada parte de mi, cada poro de mi piel. El pelo rojo y lo salino de mis lágrimas. Te pertenecen mis labios, mi nuca y mi cuello en el instante que lo respiras lentamente.
Mis alegrías y mis rabias, mis muecas. No sabría si agradecerte, pero igual, te lo agradezco.
Porque hace cuatro años comenzó una de esas historias de amor que no tienen un final feliz, porque nuestra historia no tiene fin.
"El amor es como Don Quijote, si se vuelve cuerdo; muere"
Por eso mismo de forma insolente y bastante atrevida afirmo que no hemos muerto. Acá, en la nariz del mundo se respira la locura.
A veces, me gustaría devolver el tiempo y reconstruir las sonrisas dulces y la inocencia que alguna vez nos caracterizó. Me gustaría volver a hallarme envuelta en respeto y cariño por encima de todo. Sentir que confías.
Pero es eso mismo... no quiero vivir atada a un recuerdo, porque recordar no es vivir; es morir, es dormir. No quiero una realidad idealizada, ni vivir en la utopía que alguna vez creamos, al menos no sola. Ambos sabemos que todo ha cambiado, y que yo aún no me resigno... aún no lo acepto, lo sé.
Ahora cada vez que me apoyo en el papel para escribir-te se me secan los pensamientos y no surge más que un doloroso te quiero en medio de lágrimas y espinas.
Por que desde no-hace-mucho; amarte duele.
-flashback- El retorno mudo de lo que degradó el tiempo.
Por momentos, -cortos pero significativos- me gustaría aplicar un poco de olvido sobre lo que fuimos. Por momentos me gustaría olvidarnos.
Olvidar cada 10 de octubre y esos días que nos envolvían entre nubes invidentes; olvidar cada helado de mora y cada batido de yoguen. El viernes y el domingo de tantas semanas, así como los pantalones desteñidos, las gorras, los taches y los toques.
Olvidar el cine, los peluches y las chocolatinas de cien, los choco ramos de quinientos y los cinco-mil besos dados.
Me gustaría olvidar el sabor del arroz de tu abuelita y el catorce-avo piso, el ascensor, la buseta del colegio y el turco en que por primera vez... nos conocimos.
Así podría olvidar el brassiere morado, el hilo negro o la ropa interior roja que tanto te gusta. Olvidar el tercer piso, la finca... y tus manos tentando las mías.
Olvidar las camisetas blancas, los aretes negros, las perforaciones y los tatuajes. Las llamadas a toda hora; y las que duraban toda la noche. Olvidar los abrazos de 10 minutos, los gritos en la calle y las lágrimas incontenibles.
Tus labios, mi nariz, tus orejas... tu cuerpo, mi cuerpo.
Por momentos me gustaría olvidarnos y olvidar todo aquello que alguna vez nos perteneció. Llorar hasta que mis ojos se evaporen y la sangre se congele. Todo aquello que alguna vez nos perteneció, comienza a apagarse con un silencio roto, y con un hijueputazo al aire.
Nos hemos perdido en un mundo real, sin los masmelos, sin los ferreros, sin la matachita que estaba en medio de la camisa rosada, sin mi pelo claro, sin tu pelo oscuro.
Dejamos muchas cosas atras.
Y aun así no nos dejamos de lado, no te das cuenta?
Estamos el uno en el mundo del otro; en el de nosotros DOS y si hay algo que tengo claro es que no quiero olvidarte y que por mas que quisiera... no podría, y sabes? también te pertenezco.
Te pertenece cada parte de mi, cada poro de mi piel. El pelo rojo y lo salino de mis lágrimas. Te pertenecen mis labios, mi nuca y mi cuello en el instante que lo respiras lentamente.
Mis alegrías y mis rabias, mis muecas. No sabría si agradecerte, pero igual, te lo agradezco.
Porque hace cuatro años comenzó una de esas historias de amor que no tienen un final feliz, porque nuestra historia no tiene fin.
5 buscandome:
Te Amo.
Te he anexado! a mis constantes...sin permiso. Saludos.
Sabes? este escrito tuyo tiene una brutal verdad, cual es:deseos de atrapar el momento en que hemos sido intensos... la hora en que volverás a serlo, no sé si con sus mismas manos y sus mismos besos, llegará; la profundidad que tienen los detalles de todo romance, lo cotidiano conlleva litros de lágrimas, y tbn. la simiente venidera y cierta que no morirás y sobrevivirás a ello. Es la ley, es la sra. vida, que nos seduce y juega con nuestros corazones.
Gracias por tus palabras y vivita.
el amor es como don quijote...
es muy......
(?)
No olvides, el morral azul.
Publicar un comentario