Siénteme

Ella:

Lo último que recuerdo es la sensación de la seda rozando mis muñecas fuertemente atadas a la cama... no, un momento, recuerdo mas.

A mis ojos se les negaba la vista y la libertad de mi cuerpo era casi nula. El frío era congelador. No habían sabanas de por medio, así que cada roce se hacia mas significativo.

El colchón desnudo comenzaba a irritarme al punto que los limites de mi piel se borraron.

- Tacto olfato gusto audición -

Gotas de vino mantenían despierta mi lengua, mientras una esencia a fruta seca invadía el entorno.

Tal vez sentía un poco de miedo, ya que no era mucho lo que recordaba, no sabia donde estaba, como había llegado allí, ni con quien..., pero a la vez, la oscuridad me causaba gran fascinación, a la vez mis sentidos iban despertando lentamente esperando impacientes lo que venia a continuación.

De repente sentí que alguien se inclinaba levemente sobre mi, algo tocó mi vientre, pero no pude reconocerlo en el primer instante. Ya luego con un roce cada vez mas constante, logré reconocer esas manos que tanto han estudiado mi cuerpo deslizándose con ternura y pasión. Mi pulso se aceleró, mi respiración se pausó, para luego, agitarse como nunca antes.

Mis sentidos se excitaron. Inclinó aun mas el cuerpo y ya no solo sentía sus suaves manos, sino sus encantadores labios gruesos. Me besó desde los hombros y a medida que inclinaba mas su cuerpo comenzaba a besarme en línea recta hacia el pubis con besos breves, dulces, suaves y únicos; como si sus labios saltaran sobre mis poros.

Besó mi ombligo. Apretó mi cadera, se me acercó y mientras apretaba sus labios me susurró al oído "bienvenida, entregate al placer de lo táctil, entregate a las sensaciones".

No pienses, siente. Siénteme.

Sus manos recorrían mi espalda, mis caderas, sus manos se deslizaban bajo mi cuerpo, rozaban el colchón, volvían a mi cuerpo, volvían a subir, rozaban mis pezones, se perdían entre mis piernas recién depiladas. Ahora recuerdo mas, las sensaciones sumadas a la presión de mi cuerpo, estaban a punto de hacerme explotar. Fue cuando comencé a gemir, y así el juego fue acelerándose, deteniéndose y haciéndose más lento por varios minutos y adquiriendo un ritmo practico, sexy. Sensual.

Sin darme cuenta, dejé de sentir sus manos, su cuerpo. Logré confundirme, y en un segundo que llegó a parecerme eterno... sentí uno de sus dedos en mi boca Vanille. Que sabor mas exquisito, y seductor. Lamí su dedo, y logré imaginar la su cara de satisfacción.

Como me gustaba ese juego. . . hasta donde me habia llevado.

Entre gemidos trataba de predecir hacia donde iría la próxima caricia, dónde se detendría esta vez. Pero no se detuvo. Los gemidos paulatinamente se fueron incrementando más y más, las caricias, los olores, los sabores y todo tipo de colores y sensaciones imaginarias me hicieron perder la cabeza. . .

Aún siento la vainilla en mi boca, los restos de su cuerpo en mi dermis, el roce de sus dedos, las caricias de sus labios.

Y su voz. . . su voz.

*

El:

Telepopmusic sonaba en el cuarto, y mientras le ataba las manos suavemente a la cama; aun dormida, mis más tácitos instintos se despertaron con el rozar de su piel morena.

Seguía dormida. Intentando no ser brusco, le vendé los ojos y esperé, con una copa de vino sobre la mesa de noche a que despertara; la canción seguía en tono, y lentamente empezó a moverse.

Me esperé una reacción mucho mas intensa, pero ella; aún somnolienta prefirió escuchar y sentir. Claramente sabía lo que venía después; y a la par de mis sentidos, prefirió esperar el momento con calma, serena; intentaba acostumbrarse a la oscuridad. Mi cuerpo se acercó al suyo despacio, y sin hacer mayor ruido, mis manos se deslizaron por su abdomen desnudo; tenía puesta la ropa interior que tanto me encantaba, negra como sus ojos de noche a la luz de la luna. Tambaleó. Y mientras me inclinaba suavemente a su cuerpo, sus poros se fueron erizando y su respiración desesperando segundo a segundo; la besé, desde el cuello; y sin perder su rostro de vista, descendí lentamente, esperando ganar alguna reacción que hiciera excitar cada rincón de su cuerpo. Se inquietó, y mordía su labio cada vez con más fuerza.

Suspiró; y entre sollozos sonrió al escucharme reír.

Roce mis labios con los suyos y la acaricié con la punta de mis dedos; su respiración pausada fue perdiendo el control. Las caricias fueron cada vez más lentas y con dulzura; el amor se evaporaba a chorros en la cama, sin sábanas y con un frío abrumador.

Mis besos fueron cada vez mas lentos, y mientras jugábamos a conocernos sobre el colchón desierto; su saliva se iba secando y el inhalar fue mucho mas intenso. La respiré desde el ombligo hacia las piernas; cada segundo me apresuraba a llevarla a la luna. La desnudé deliciosamente, y mientras la observaba detrás de la ceda que cubría sus ojos, se mordía sus labios y suspiraba cada vez mas hondo. Just breathe,.. La seda la incomodaba y mientras mis labios jugaban con sus pechos evocadores, desnudos y firmes; sus gemidos empezaron a brotar desde lo mas interno de su ser.

Me convertí en el prisionero de sus piernas; mientras mezclaba con su color intenso gotas de saliva que surgían de mis besos tímidos; la agarre con fuerza, y mientras me abrazaba con sus pies, mis manos se deslizaban por todo su cuerpo.

Subí hasta su rostro, exánime; le sonreí descaradamente, lo sintió y se inclinó a robarme un beso apresuradamente. Pasó saliva y volvió a sonreír. Caricias por todo su cuerpo, mordidas alusivas de placer en su torso y su cuello, gemidos suaves y al oído.

Ven – me dijo.

No pienses, siente – le respondí y selle sus labios con un beso; lento y tierno, esos; sus favoritos. Aún, en mis mas recientes recuerdos tengo la sensación de mis manos sobre sus piernas recién depiladas, el olor a vainilla de su cuello y sus manos. Su pelo, rojizo; caía por entre sus brazos. Another day, Just believe.

Y mientras su lengua mojaba sus labios, mi sangre comenzaba a hervir; la calefacción de mi cuerpo subía instantáneamente y en un cerrar de ojos las pulsaciones se agitaron descaradamente; lo sintió. Sonrió y volvió hacerlo. Se mojó sus labios con la lengua, esta vez; al ritmo de la música, despacio… y sensual.

Mis sensaciones aumentaron al punto de estallar; un placer interno dominaba mis sentidos. Suspiré, y continué con las caricias; esta vez, no tan sutiles como las anteriores. Me incliné hasta sus hombros y la sentí más profundo que nunca. Se mordió el labio de nuevo y gimió suavemente en mi oído. Todo se hizo lento; detrás de la seda podía imaginarme su rostro contagiado de placer, sus dientes inquietos y sus cejas fruncidas; sonriendo de vez en cuando, gimiendo cada vez con mas fuerza y sin miedo a ser escuchada.

Fue dominada por la fuerza, y mientras los movimientos oblicuos de las caderas, descendían lentamente, me atrapaba con muchas mas ansias dentro de su ser; con sus piernas recién depiladas y aún amarrada al borde de la cama, las gotas de sudor se hacían presentes por entre sus senos. Gemía con ganas, y mientras la velocidad aumentaba su cuerpo de retorcía de placer; su abdomen firme, reclamaba un volver. Cuando su cuerpo corrió al clímax, el final se avecinó brusco. Un grito ensordecedor en mis entrañas, una gota de sudor, una sonrisa y el desatar de sus manos y y sus ojos; hicieron del tiempo una coagulación instantánea; al momento de sonreír de nuevo, sin ningún tipo de contacto visual, ella ya acostumbrada a la falta de luz, yo a sus mordidas encantadoras; sentimos sin más… que aún y a oscuras; el amor se hace con mas sensatez.